Tras más de un mes, Falcioni vuelve a recurrir a Riquelme; luego de los cortocircuitos entre ambos y de dos derrotas consecutivas, el DT y el N° 10 están obligados a dar respuestas; Por Christian Leblebidjian
Julio César Falcioni vuelve a poner como titular a Juan Román Riquelme. La decisión, en realidad, les llega a ambos en un momento de necesidades y urgencias. Necesidades de regresar al triunfo con Boca, de mejorar el rendimiento del equipo, de volver a ganar en la Bombonera, de salir de la posición incómoda del 18° lugar en la tabla de posiciones. Las urgencias las tienen porque se armó un plantel para pelear el campeonato; porque las diferencias expuestas entre el DT y el N° 10 influyeron en el clima interno; porque el equipo cada vez juega peor y viene de dos derrotas consecutivas, ante Vélez y San Lorenzo. ¿Quién depende más de quién? Las necesidades y urgencias son mutuas. Falcioni vuelve a apostar por Riquelme para buscar una reacción en el equipo y Román está obligado a demostrar que físicamente está a la altura de la situación, más aún luego de haber renovado su contrato por cuatro años y de tener la próxima Copa América como otro de sus objetivos.
Si bien el DT no confirmó el equipo, Riquelme jugará: "Román trabajó desde el miércoles pasado. Tuvo los pasos necesarios. Llegará al partido con once días buenos de entrenamiento. Más allá de que tenga que seguir reforzando esa musculatura permanentemente, está bien. Es importante su regreso. Nos dará mayor juego y profundidad, tenencia de la pelota, además de esa libertad que él tiene en el juego. Ojalá tenga un buen partido, porque un buen partido suyo será un buen partido de Boca", dijo Falcioni ayer, luego del entrenamiento matutino en el predio de Casa Amarilla.
Riquelme jugó contra Godoy Cruz y luego no estuvo en los cuatro partidos siguientes: ante Racing (victoria por 1-0), All Boys (0-0), Vélez y San Lorenzo (las dos últimas con caídas por 1-0). En el medio hubo varias historias. Desde las declaraciones del técnico, dejando en claro que su ausencia se debía a cuestiones futbolísticas y que se "hacía cargo" porque lo contrataron para "tomar decisiones"; desde la voz de Gustavo Otero, preparador físico, remarcando que Román no trabajaba bien en lo físico y que por eso se le dificultaba regresar; desde la afirmación de su compañero (y amigo) Javier García, opinando que para él "siempre sería titular". Desde la incomodidad de los dirigentes, que apostaron por Falcioni y Riquelme, pero para que tengan una convivencia positiva y no que se generara entre ellos una diferencia ideológica en los futbolístico.
Luego de la tregua, ambos están obligados a dar respuestas dentro del campo de juego, ya que en las conferencias de prensa expresaron cuáles son sus pensamientos. El tema es que en la cancha coincidan para devolver a Boca a los primeros planos.
El DT ubicará mañana, frente a Olimpo, un equipo parecido al del debut ante Godoy Cruz. La sociedad Riquelme-Erviti tendrá otra chance, aunque retocará los laterales (jugarán Cellay y Monzón por Calvo y Clemente Rodríguez), mientras que -como Somoza está suspendido- ingresará Battaglia como volante central, corriéndose Rivero como volante por la derecha.
Para el DT será un partido especial por la relación con su ex ayudante de campo, Omar De Felippe, a quien Falcioni elogió: "Él aprendió de mí y yo de él. Trabajamos de forma conjunta con formatos similares, por lo que tendremos que tener cuidado en cosas que hacemos nosotros que ellos también hacen. Seremos rivales, pero mantendremos el cariño, la amistad y el compromiso. No hubo ni maestro ni alumno; hubo un trabajo en equipo".
Volviendo a Boca-equipo, ayer Falcioni reconoció estar "preocupado" y en la búsqueda de "un mejor rendimiento y mejores resultados". Mencionó a los arbitrajes, pero es consciente de que el problema xeneize pasa por otro lado. Cuando se lo consultó sobre cómo les cuesta ganar en la Bombonera, él respondió, entre otras cosas: "El apuro es mal consejero". Toda una definición para el escenario de mañana.
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