Tras una semana con muchas versiones maliciosas y presiones para el DT Falcioni, Boca goleó 4-0 a un débil rival, en la Bombonera; Viatri (2), Riquelme y Colazo, los autores de los tantos. Por Christian Leblebidjian

Después de tantas jornadas tensas que habían ubicado al DT Julio Falcioni en un tembladeral, que había dejado expuestas las miserias de la política xeneize, Boca encontró un festivo 4-0, casi sin proponérselo, ante un pobre rival, como Unión. Pero logró un triunfo que le sirve muchísimo con miras al futuro próximo.
Todos los nervios que el equipo xeneize acarreaba luego de varios días atiborrados de versiones maliciosas, se suavizaron prácticamente cuando el árbitro Beligoy hizo sonar su silbato, porque a los 52 segundos Boca ya ganaba 1-0. Una acción gestada desde el sector izquierdo del ataque xeneize, terminó con un zurdazo de Riquelme hacia el área santafecina, que encontró a Erviti y éste, con un taco exquisito, asistió a Viatri y el delantero sentenció al arquero Bologna con una definción de zurda. Si Boca hubiera pensado en una forma ideal de comenzar el partido para aplacar cualquier tipo de protesta popular, hubiera sido la que ocurrió. Además, ayudó al propio Viatri, que carga con la responsabilidad de reemplazar a Palermo.
Los avances de Clemente Rodríguez por la banda izquierda y la búsqueda de Román, se convirtió en una sociedad repetitiva pero peligrosa. Es que ese sector defensivo de Unión, el derecho, pecó de ingenuo en varias oportunidades, ofreciéndole a Boca una vía confiable para llegar a Bologna, que, verdaderamente, hizo lo que pudo. Como a los 29 minutos, cuando Clemente se escapó hasta el fondo, envió un centro para Cvitanich, que cabeceó tirándose de palomita y Bologna alcanzó a rechazar arrojándose al piso.
Como era de esperar, con carteles, velas y leyendas, los hinchas de Boca recordaron a River que debutará en horas en el Nacional B.
En la primera parte, Boca tuvo un funcionamiento correcto,
tuvo la inciativa y dominó la pelota, aunque por momentos abusó de los
pelotazos, especialmente desde los pies de los defensores, quizás
atemorizados con fallar algún pase rasante en un campo de juego jabonoso
por la llovizna.Pero también vale remarcar que Boca encontró un rival especial para levantar el ánimo. La actuación de Unión fue muy pobre, no tuvo recuperación ni tampoco creación en el medio campo y la presencia ofensiva fue muy débil. Solamente generó la atención de Orion con un cabezazo desviado Quiroga, luego de un centro de Quinteros. El equipo de Kudelka fue demasiado tibio.
En el segundo tiempo, Boca bajó su nivel, perdió un poco de sorpresa y dejó de atacar en los primeros minutos. Allí, el conjunto santafecino empezó a animarse, a salir de contraataque y Orion dejó de ser sólo un testigo privilegiado del partido. Pero más allá de algún intento de cabeza del espigado Quiroga, el ímpetu de Unión duró casi un suspiro. Y Boca, con escasas virtudes, de repente encontró tantas facilidades que terminó viviendo una fiesta que no se imaginaba. Viatri contó con dos situaciones clarísimas a los 23 y 25 minutos: primero, debajo del arco, pifió y terminó rechazando un tiro de Chávez, y después, tras una pared entre Riquelme y Clemente, remató de zurda al travesaño. Pero cuando estaba mordiéndose los labios de la bronca, a los 35 minutos, Viatri anotó el 2-0, en una jugada que comenzó él mismo recuperando la pelota. La Bombonera ya latía, pero Riquelme y Colazo, con remates desde lejos, ampliaron el festejo que tanto anhelaba el grupo. Boca, que ya arrastra 12 partidos sin perder, sonrió y logró un poco de oxígeno en medio de la tormenta.
BASTA DE BOTELLONES!!!
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